No fueron muchas, afortunadamente, las mujeres, que acusadas de brujería, fueron ejecutadas en nuestro país, en los más de tres siglos de actuación del Tribunal de la Inquisición.
Pero esos crímenes se produjeron y al igual que pasó en otros países europeos y en Estados Unidos, detrás de cada caso había una mujer o varias, perseguidas por ser diferentes, por no responder a los cánones religiosos que ahogaban a cantidad de personas, sobre todo a las más vulnerables.
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Y una de ellas fue Dolores, en Sevilla, a finales del siglo XVIII. Son demasiadas las cosas que no sabemos sobre ella, y el tiempo escondió debajo de la alfombra toda la porquería que sobre Dolores se vertió.
El artículo os dará más detalles a cerca del caso, pero no evitará que terminéis un poco de mala leche, con perdón.
Lo de la mala leche tras la lectura del artículo, está garantizada, a menos que se sea un fanático, que igual en estos tiempos que corren, aún quedan. Un consuelo de tontos, como suele decirse, es que hubo paises eurropeos y en Estados unidos, donde bajo la férula del protestantismo puritano e hipócrita, se ensañaron más con estas mujeres, cuya brujería consistía en ser libres. Un tema para reflexionar.
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