La posibilidad de ser invadidos, contactados o, simplemente,
registrados por una civilización alienígena, siempre está ahí.
Está claro que no tenemos constancia hasta ahora, pero ya lo
decía Fermi, en su famosa paradoja: hay muchas posibilidades de que haya vida inteligente
en el Universo, con tal cantidad de sistemas planetarios, pero lo inexplicable
es que no se haya producido ninguna evidencia hasta el momento.
No hay pruebas o no hemos sabido encontrarlas. El hecho es que se escribe y se habla mucho a todos los niveles sobre el tema. Lo último la serie de Netflix, basada en el problema de los tres cuerpos.
El problema de los tres cuerpos es aquella teoría física
espacial que dice que es muy complicado predecir cómo se moverían tres cuerpos
en un mismo sistema orbital. Algo así como la teoría del caos, por
impredecible, trasladada al espacio exterior.
Pues como si se tratara de un cóctel, un poquito de paradoja
de Fermi, algo de problema de los tres cuerpos, una novela de éxito del ingeniero
chino Cixin y una adaptación para una serie de una plataforma de éxito.
Agitamos y ya tenemos la polémica, la sospecha, el miedo, el divertimento y la
indagación, a punto de caramelo.