Probablemente, después de leer el artículo explicativo que os dejo a continuación a alguno le recuerde al último capítulo de Clic, si es que lo ha leído, claro.
Hablo de un fenómeno
físico, con conexiones químicas que es lo más cercano a la Teoría del Caos. No
es de extrañar, porque voy a hablar de la atmósfera y sus condicionamientos de
fluidos físicos y químicos y cómo se comportan.
Las turbulencias están de actualidad por el percance sufrido por un avión que volaba de Londres a Singapur hace unos días. Una de esas turbulencias de aire claro, que no están asociadas a ninguna tormenta, estuvo a punto de provocar una catástrofe, pero al final no hubo accidente fatal, pero sí heridos y un fallecido, por ataque cardiaco. Al final el avión pudo aterrizar.
Cada vez son más
frecuentes este tipo de turbulencias inesperadas, que no registran los radares,
y se piensa que el cambio climático está
detrás de este aumento del fenómeno de las turbulencias.
Afortunadamente la
tecnología de los aviones puede solventar este peligro en vuelo, pero creando notable
incomodidad y desasosiego en los pasajeros, además de considerables golpes si
no se lleva el cinturón de seguridad abrochado.
Seguiremos viajando, y
como decía el final de Clic: seguro que no pasa nada.