Se trata de un caso atípico dentro de la historia de los secuestros aéreos. Todo sucedió en 1971, cuando un individuo secuestro un avión en Estados Unidos.
Pidió un dinero como rescate, le fue concedido, además de unos paracaídas. Saltó y nunca más se supo de él. Pero sí de parte de su dinero, que años más tarde apareció en el río Columbia.
No sabemos casi nada de él, ni siquiera si sigue vivo. Todo ello ha alimentado
múltiples artículos y, recientemente, una serie de Netflix que parece ser muy
interesante.
No os digo más, entre la tele y este artículo tendréis para pasar unas
cuantas tardes calurosas de verano. Disfrutad.
https://www.clarin.com/viva/secuestro-unidos-fbi_0_3p81H8VbD0.html