La lucha por los avances
científicos tiene, casi siempre, frentes abiertos que nada tienen que ver con
la investigación propiamente dicha.
Los problemas
económicos, los raciales, los políticos y las discriminaciones por cuestión de
sexo, han sido, y son, una constante en la comunidad científica internacional.
Cecilia Payne tuvo que emigrar de su Inglaterra natal a principios del siglo XX para poder trabajar como astrónoma con un mínimo de dignidad y reconocimiento. En Harvard, Estados Unidos, encontró el lugar apropiado donde desarrollar su labor sin no pocas trabas y adversidades.
A ella
le debemos el descubrimiento de que las estrellas están compuestas básicamente
de helio e hidrógeno. Y gracias a ella, también, las mujeres empezaron a ser
consideradas, casi como los hombres, en el ámbito científico y universitario.
Este artículo que hoy
os traigo os dará una valiosa información sobre Cecilia y su trabajo
profesional y social.