No fue un químico cualquiera este hombre, estadounidense, nacido a finales del siglo XIX y fallecido a mediados de los años 70.
A sus trabajos de
investigación le debemos que hoy en día se puedan fabricar de forma industrial
corticoides y anticonceptivos, entre otras cosas.
Pero para llegar hasta ahí tuvo un camino más que tortuoso debido al color de su piel. La química de la solidaridad y la tolerancia no era habitual en la sociedad americana de principios del siglo XX, y ahora, tampoco demasiado.
Terminó consiguiendo
su doctorado en Viena y llegó a ser el primer hombre afro-americano aceptado en
la Academia de Ciencias de los Estados Unidos.
Aquí os dejo un
artículo, de una emisora de radio cubana, donde nos cuentan con detalles el
escabroso camino de Percy hasta su reconocimiento internacional.