Este meteorólogo alemán
fue un hombre que no paró de hacer investigaciones y estudios de campo para demostrar
algo que a simple vista parecía que tenía sentido. Si miramos un mapamundi no
da la impresión que los continentes encajan unos con otros como si fuera un
rompecabezas.
A eso se dedicó él, a
probar que muchos cientos de millones de años atrás solo había un continente
que se había ido separando y formando los continentes actuales.
Para ello reunió pruebas geológicas y, principalmente, paleontológicas, con fósiles idénticos encontrados de lugares y continentes muy alejados.
Pero el hombre murió
sin que su teoría fuera aceptada por la ciencia. Desde 1930, fecha de su
desaparición en una expedición en Groenlandia, hasta 1960, cuando la comunidad
científica acepto la idea del continente único Pangea, habían pasado 30 años de
investigaciones, donde otros científicos pudieron precisar lo que Alfred no
llegó a hacer de todo. Pero tenía razón.
Muchos se habían
burlado de él, incluido Einstein, pero lo cierto es que con errores de bulto
por medio, Wegener descubrió, a pesar de no contar con instrumentos de medida
adecuados, lo que hoy es una realidad para todos: la deriva continental.
El artículo que os
presento es muy simple, pero muy
explicativo y concreto. No dejéis de leerlo.