Todos recordaréis aquella película, Arthur, el soltero de oro. Posiblemente no la tendréis en la lista de vuestras mejores películas,
a pesar de conseguir dos Oscar de los denominados menores. Pero llamó la atención
por su desarrollo en pleno centro de Nueva York y por la aportación de la
actriz Liza Minnelli.
En ese film se podía ver, entre otras
excentricidades, una cama flotante. Pues casi treinta años después aquello se
hizo realidad.
Se trata de una cama magnética, un invento que ya tiene 16 años y que tampoco pasará a la historia de la tecnología, como hizo la película en la historia del cine.
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Es un invento que no tiene nada en especial salvo
dos cosas: su aspecto sorprendente y el precio, que en 2018, fecha del artículo
que os paso, ya costaba más de un millón de euros.
La tecnología también tiene huecos para los
millonarios y, lejos de la utilidad de la mayoría de objetos que nos rodean,
presenta características ostentosas y precios exorbitantes. Y ya está.
https://estilosdevida.bolsamania.com/capricho-dormir-una-cama-magnetica-flotante-mas-1-millon-euros/
Sin duda es un invento singular y por lo visto nada barato. Pero francamente no creo que vaya en función directa su comodidad al costo desproporcionado. Hay que ser muy millonario y muy locatis para semejante inversión. Cuando tumbarse en la hierba a la luz de la estrellas, te puede proporcionar un magnífico descanso, en el buen tiempo se entiende. Y en el tiempo frio, hasta un pajar sería suficiente.
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