CAMBIO DE ENCUADRE CARLOS
BORT
Enrique era un hombre de buenas intenciones, pero su vida
laboral parecía estar destinada al fracaso. Su primer empleo fue como camarero
en un restaurante. Al principio todo iba bien, pero su torpeza jugó en su
contra. Derramó una sopa muy caliente sobre un cliente y al día siguiente lo
despidieron.
Decidido a no rendirse, Enrique consiguió un trabajo en
una tienda de electrónica. Sin embargo, confundía las especificaciones de los
productos y no entendía bien el funcionamiento de los aparatos. Un día, vendió
un monitor de ordenador diciendo que era un televisor 4K. Las quejas de los
clientes se acumularon y pronto fue despedido de nuevo.
Después, decidió probar suerte como jardinero. Parecía
sencillo, pero su inexperiencia en el manejo de herramientas lo llevó a cortar
sin querer el cable de la antena de la casa de un cliente. Lo despidieron ese
mismo día, mientras el dueño arreglaba el desastre.
Finalmente, Enrique consiguió un empleo como secretario
en una oficina. Su desorganización natural hizo que perdiera documentos
importantes y agendara reuniones a horas equivocadas. Después de varias
equivocaciones, fue despedido una vez más.
Enrique se dio cuenta de que quizás necesitaba
reflexionar y encontrar algo que realmente supiera hacer.
En una película que había visto recientemente repetían la
frase "hay que pensar a lo grande", lo que le hizo pensar que igual
sus fracasos se debían a falta de ambición.
Así que Enrique, decidido a triunfar como fuera, preparó
un currículum de Director General de Hotel, con amplia experiencia en
establecimientos internacionales de lujo, dominio de varios idiomas y estudios
específicos en Gerencia Hostelera.
Envió ese currículum a decenas de hoteles de lujo de toda
Europa, incluyendo algunos que estaban en proyecto, que localizó en una
aplicación del sector hostelero.
La primera llamada que recibió fue de un nuevo hotel de
alta gama que pronto iba a abrirse en un paraje natural espectacular de
Finlandia.
La propietaria, Trinidad, era española y le citó para una
entrevista 48 horas después.
Durante el viaje, había estado pensando que tal vez su
currículum estaba demasiado engordado...
Pero al llegar a la puerta del hotel Trinitorum, Enrique
apartó de su mente todos los pensamientos negativos y tocó el timbre con firmeza.
Un personaje singular, que con los antecedentes descritos hará que el futuro del hotel sea desastroso, buen relato Carlos
ResponderEliminarInteresante descripción que nos queda con la intriga de si Enrique obtendrá, por fin, el éxito buscado. Cómo interpretaría Trini su encomiable currículo? Entre pillos anda el juego.
ResponderEliminarConociendo los antecedentes de Enrique, me temo que su puesto de director general en el hotel no tuvo éxito. De todas formas, si supiéramos el currículum real de muchos gerentes, nos llevaríamos muchas sorpresas.
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