Da la impresión que hablar de ovnis es exactamente igual que invocar a
la vida extraterrestre, y la verdad, eso es lo que más juego da.
Es una relación interesante para mentes inquietas, imaginativas,
calenturientas, para personas que esperan constantemente que algo pase para
salir de la dinámica en la que están envueltos.
Y en el verano se potencian esas sensaciones, aunque, evidentemente, no
a todo el mundo. Faltaría más.
Las vacaciones, la búsqueda de las estrellas en los paseos por el campo (por las ciudades o los pueblos grandes ni lo intentéis), el tinto de verano y otras emociones varias, influyen a la hora de ver, o creer que se ha visto, un objeto raro, que seguro que no era un avión.
En el tema de avistamientos de ovnis también hay momentos y modas.
Ahora, en 2024 no estamos en los mejores épocas de finales del siglo pasado,
pero se podría decir que parecen tiempos prometedores para ser invadidos por
los alienígenas.
Yo, por si acaso, os traigo un artículo “serio” donde intentan
explicarnos de forma sencilla qué son los ovnis y cómo se podrían estudiar. Ahí
va.
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