Hemos oído hablar mucho en los últimos tiempos sobre
reciclar, reutilizar, ahorrar en recursos, respetar la naturaleza cuando
salimos al campo…
Pero ahí no está la solución. Eso es tan solo un camino, una solución, una actitud, que podría llevar a ser la gente de a pie la que exigiera a nuestros dirigentes nacionales e internacionales que se tomaran soluciones efectivas, no temporales o efectistas.
En el artículo que hoy os paso, a pesar de estar patrocinado
por una potente entidad bancaria de nuestro país, nos da un juicio crítico muy
acertado de cuáles son las responsabilidades de los poderes fácticos en el
cuidado de nuestro planeta. Los bancos, como comprenderéis también tienen lo
suyo.
En resumen, uno de los comportamientos que tendrían más
impacto positivo y que está absolutamente a nuestro alcance es una disminución
generalizada del consumo. Principalmente en los países más ricos, consumimos de
más, consumimos sin pensar en la trazabilidad de ese producto, en el impacto al
ser producido y, sobre todo, sin recapacitar en la necesidad que tenemos de
adquirirlo.
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